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Productividad, escasez, flexibilidad, compromiso y tecnología: 5 claves de la 4ª Revolución del Talento
Como cada comienzo de año, el Patronato de la Fundación máshumano se ha reunido para reflexionar y compartir su visión sobre las principales tendencias que impactarán en la agenda empresarial en los próximos meses, y en especial en sus modelos de gestión de personas.
En este encuentro, celebrado el 30 de enero en la sede de Sagardoy Abogados, se abordaron cuestiones muy diversas, desde la evolución macroeconómica global hasta los desafíos del mercado laboral, pasando por la aceleración tecnológica, la sostenibilidad, los cambios demográficos y el imperativo ético de asegurar la visión humanista en la gestión de este cambio de era.
La jornada contó con la participación de expertos como Iñigo Sagardoy, presidente de Fundación máshumano y Sagardoy Abogados; Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico en BBVA Research; Ana Argelich, presidenta y directora general MSD España; Plácido Fajardo, socio director de Leaderland y experto en talento; y Emma Fernández, consejera independiente experta en transformación digital. Junto a Beatriz Sánchez Guitián, directora general de la Fundación máshumano y Tomás Pereda, subdirector general. Un panel de referencia que analizó los principales desafíos que enfrentarán las organizaciones en 2025, desde una perspectiva humanista donde la 4ª Revolución del Talento vendrá definida por 5 grandes retos: productividad, escasez de perfiles, flexibilidad, compromiso y tecnología.
El reto de la productividad
En un contexto en el que la economía global se ha comportado mejor de lo esperado, con crecimientos cercanos al 3% pese a grandes incertidumbres, las estimaciones para España en 2025 apuntan a un avance del PIB de alrededor del 2,3-2,5%. Este impulso viene respaldado, en parte, por un gasto público sostenido y la llegada de flujos migratorios que refuerzan el mercado de trabajo. Sin embargo, organismos como BBVA Research advierten de que un nivel de inversión limitado, sobre todo en ámbitos de capital tecnológico e innovación, podría frenar el despegue de la productividad.
Para revertir esta situación, según ha compartido Rafael Doménech, “es fundamental apostar por el capital humano, diseñando políticas que fomenten un mercado de trabajo dinámico y acelerar la adopción de tecnologías como la inteligencia artificial, así como mejorar el entorno regulatorio e institucional para facilitar la inversión y la innovación”. Estos aspectos fueron ampliados en detalle durante la jornada por los distintos ponentes.
Demografía y escasez de talento
España registra una de las tasas de natalidad más bajas de la Unión Europea (en torno a 7,1 nacimientos por cada mil habitantes) y un proceso de envejecimiento acelerado, lo que se traduce en una disminución de la población en edad de trabajar. Según proyecciones del INE, la población activa podría reducirse en alrededor de un millón de personas de aquí a 2035, agravando la escasez de talento en las empresas. De hecho, la escasez de talento se sitúa como una de las principales preocupaciones para las empresas, según el estudio “2023 Talent Shortage” de ManpowerGroup, que refleja cómo en España cerca del 80% de los empresarios podría tener dificultades para cubrir vacantes.
Frente a este escenario, el Patronato expuso la necesidad de diseñar políticas que fomenten un mercado de trabajo dinámico, donde actualmente se quedan alrededor de 150.000 vacantes sin cubrir cada año, según la Encuesta Trimestral de Vacantes (ETV segundo trimestre 2023) del Instituto Nacional de Estadística (INE). Aquí destacaron palancas clave como el factor migratorio, donde más de 300.000 inmigrantes han sido regularizados desde 2022 y que podría convertirse en una tabla de salvación para la economía y la sostenibilidad de la sociedad; y el talento senior, cuya experiencia y visión estratégica pueden ser fundamentales para las organizaciones, en complementariedad con las competencias y habilidades de generaciones más jóvenes. En este caso, medidas como la formación continua, el “mentoring inverso” o planes de carrera personalizados facilitarían el desarrollo de este colectivo, reforzando la productividad y la competitividad de las organizaciones. No obstante, ambos factores “exigen un desafío cultural y de integración, eliminando prejuicios, de modo que las nuevas generaciones de inmigrantes y el talento sénior contribuyan a reforzar el futuro modelo productivo con la debida formación, recualificación y adaptación al mercado laboral”, han afirmado los ponentes.
Atracción de talento, falta de compromiso y alta rotación. El papel del liderazgo
Además de la escasez de talento, otro de los grandes retos que enfrentan las organizaciones es la falta de compromiso, según compartió Plácido Fajardo en su intervención. Así, en referencia al informe “State of the Global Workplace 2022” de Gallup, solo un 10% de los trabajadores en España afirman sentirse realmente comprometidos con su empleo, evidenciando una brecha de compromiso que incide en la motivación y la productividad. A esto se une la alta rotación de perfiles críticos, especialmente tecnológicos, que priorizan el proyecto-experiencia frente al puesto-empresa, según se recoge en el informe “El Turista laboral” de la Fundación máshumano. Ante estos desafíos relacionados con la atracción y fidelización del talento, en el encuentro se destacaron algunas soluciones:
La flexibilidad laboral, un factor frente al que las empresas ya se están posicionando, se presentó como una de las palancas diferenciales para atraer talento y reforzar el compromiso de los empleados. Según el “Informe sobre la flexibilidad laboral en España 2023” de InfoJobs, el 65% de los trabajadores considera la flexibilidad un factor clave para decidirse por una empresa u otra, lo que podría evidenciar la importancia de promover entornos de trabajo basados en la confianza, responsabilidad, autonomía y en una productividad no basada en factores de espacio-tiempo, sino en la orientación a resultados. Esta flexibilidad también facilita la creación de ecosistemas de talento mixtos —que combinen equipos internos con autónomos, ‘freelancers’ y colaboradores externos— y que podría permitir a las organizaciones cubrir necesidades puntuales de competencias y aumentar su agilidad en la ejecución de proyectos.
Sobre ello Tomás Pereda recordó que los modelos flexibles tanto en Estados Unidos como en Europa siguen consolidándose y creciendo, reflejando que dos tercios de las empresas en USA siguen bajo formulas flexibles, y en España más de un 14% de la población activa, según el INE, sigue trabajando de manera flexible.
Por último, el bienestar laboral se reveló como otra palanca esencial para fortalecer el compromiso, la motivación y el rendimiento de los empleados. Tal como apuntó Plácido Fajardo, “No se trata de ‘trabajar menos para vivir mejor’, sino de trabajar mejor para vivir más: el empleo motivador alarga la vida”. Un bienestar “basado en la transparencia, las oportunidades de crecimiento y aprendizaje, el sentido de propósito, la justicia, el respeto y el reconocimiento”.
Sin embargo, para que estas fórmulas se consoliden de forma eficaz, los ponentes coincidieron en que “las organizaciones necesitan un estilo de liderazgo abierto, flexible y centrado en las personas, que funcione como facilitador de la transformación y el cambio”.
Impacto de la tecnología y la IA en las empresas: oportunidades y desafíos
El incremento exponencial de profesionales cualificados —superando los 1.000 millones con formación superior— interconectados a escala global está impulsando la colaboración y la innovación en ámbitos tan diversos como la inteligencia artificial (IA), la robótica, los sistemas autónomos, la biotecnología o la computación cuántica. Lejos de representar una amenaza para el empleo, el último Informe del Foro Económico Mundial (Davos) señala que, aunque la tecnología automatizará determinadas tareas, también podrá crear nuevos puestos de trabajo y requerirá de nuevas competencias emergentes. En esa línea, tal como enfatizó Fajardo, no hay que temer a la tecnología y no verla como un sustituto sino como un potenciador del talento, donde “las habilidades genuinamente humanas, como la creatividad, empatía, juicio ético, visión estratégica, seguirán marcando la diferencia en un mercado laboral donde las máquinas asumirán las tareas más rutinarias”.
Sin embargo, este avance acelerado, plantea importantes riesgos a los que se debe hacer frente, como los ciberataques y las vulnerabilidades asociadas a la hiperconectividad, o la facilidad para generar desinformación mediante deepfakes y otras herramientas. Esto, según Emma Fernández subraya la “necesidad de un pensamiento crítico sólido y una mayor cultura de verificación y responsabilidad digital en empresas y sociedad”. Esta experta en tecnología también advirtió de la amenaza con dejar atrás a quienes no tengan acceso a dispositivos o formación, especialmente la infancia más vulnerable.
Por último, ante los “superpoderes” que nos otorga la IA, la “ética y dónde poner los límites” emergieron como factores transversales en todas las ponencias. En este contexto, Ana Argelich afirmó que “aprovechando la gran oportunidad que ofrecen las tecnologías, es importante mirar al futuro con un propósito claro y liderazgo humanista, para contribuir al bienestar y la seguridad de las personas. Por otra parte, considerando el tiempo que requieren los complejos marcos legales y regulatorios, es fundamental encontrar el equilibrio entre lo que la tecnología permite hacer y lo que se debe hacer.” Además, la flexibilidad, como nueva forma de trabajar, la diversidad y la inclusión también fueron señaladas por la experta como factores clave para motivar, colaborar e innovar.
Marco legal y adaptación a la nueva realidad
La transformación tecnológica y la necesidad de entornos más flexibles exigen un marco legal que facilite la innovación y la inversión en capital productivo. Tal como destacó Iñigo Sagardoy, “es esencial eliminar barreras que ralentizan la innovación y generar incentivos para que las empresas inviertan en tecnología”, asegurando al mismo tiempo una administración ágil y un entorno regulatorio e institucional que brinde seguridad jurídica y estabilidad fiscal, así como protección frente a los temas de privacidad frente a la IA. Ante la mayor rigidez de la ley en algunas cuestiones, para Sagardoy una vía de solución pasa por “aprovechar las limitaciones como estímulos para la creatividad”, desarrollando fórmulas novedosas que cumplan con las obligaciones legales, pero a su vez, potencien la competitividad y la capacidad de innovación. En este contexto, también se apuntó que la negociación colectiva y la adaptación de los convenios resultan decisivas para integrar nuevas modalidades de trabajo y de relación profesional, atendiendo a las necesidades de todas las partes para responder a un mercado en rápida evolución.
El encuentro anual fue clausurado por Beatriz Sánchez Guitián, directora general de la Fundación máshumano, quien concluyó que “es momento de pasar a la acción impulsando la ética, la flexibilidad, la confianza, la inversión, la innovación, la ciberseguridad, una regulación facilitadora, además de promover el pensamiento crítico, el diálogo y la escucha.”