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Explorando el emprendedor social: Un análisis de su perfil e impacto en la sociedad

Aunque el término emprendimiento social es reciente, sus raíces históricas se remontan a varios siglos atrás. Desde Robert Owen en el siglo XIX hasta los movimientos sociales de los años 60 y 70. De hecho, estas décadas dejaron una huella indeleble en el ámbito social, con movimientos como los derechos civiles, la protesta pacifista contra la guerra de Vietnam, el feminismo y los movimientos estudiantiles, reflejando el constante deseo de algunas personas de contribuir al desarrollo equitativo de la sociedad.

Sin embargo, no es hasta el siglo XXI que el emprendimiento social alcanza su punto álgido, donde soluciones innovadoras buscan mitigar problemas sociales mediante enfoques éticos y socialmente responsables. Poniendo el foco en nuestro país, podemos destacar iniciativas como Koiki, una empresa de mensajería sostenible que emplea a personas en riesgo de exclusión social, y BioAlverde, que promueve el comercio justo y un consumo local y sostenible.

Pero ¿qué define al emprendedor social? ¿qué factores le motivan para llevar a cabo estas iniciativas? Para conocer un poco más sobre este tema, desde la Universidad Europea, en colaboración con la Fundación máshumano se ha realizado un estudio “Explorando el emprendedor social. Un análisis de su perfil e impacto en la sociedad”  donde se analiza el perfil emprendedor social, cuáles son sus inquietudes y motivaciones que les hacen poner en marcha su proyecto emprendedor. 

 

Asimismo, este informe pone en valor que el emprendimiento social emerge como una de las principales soluciones para abordar problemáticas sociales y ambientales. Los emprendedores sociales desempeñan un papel crucial al impulsar iniciativas basadas en ética, sostenibilidad y responsabilidad social. Profundizar en las características que definen a un emprendedor social facilitará la creación de alternativas sociales, generando un impacto positivo en toda la sociedad.

Emprender es más que una palabra; es la acción de convertir oportunidades desapercibidas en realidades concretas, creando productos y procesos esenciales para el progreso económico. Este concepto se erige como el motor del crecimiento y la piedra angular para la reorganización económica, desempeñando un papel crucial en la evolución de nuestras sociedades.

En la toma de decisiones para iniciar un negocio, el informe resalta que las características individuales del emprendedor, las condiciones del mercado y el respaldo gubernamental son piezas clave del rompecabezas. “En esta última década, la necesidad, en medio de la escasez de oportunidades y condiciones laborales precarias, ha impulsado a muchos a mirar hacia el emprendimiento como una salida laboral”. Los datos son claros. Durante el 2022, se constituyeron en España un total de 68.105 nuevas sociedades, superando las cifras pre-pandemia y, según los datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), en 2022 la tasa de actividad empleadora o TEA, la cual permite medir la actividad emprendedora de una nación, en España fue del 5,2%, alcanzando niveles similares previos a la crisis de la covid-19.

Poniendo el foco en el emprendimiento social, el informe afirma que el perfil del emprendedor social es una mujer de entre 25 y 35 años. De hecho, según el informe del Observatorio de Emprendimiento, el emprendimiento femenino está en alza en todo el mundo. Hay una mayor participación de mujeres en el mundo emprendedor y se han consolidado los servicios entre empresas (negocios B2B).  Así, la tasa de emprendimiento entre hombres y mujeres se ha igualado, gracias al crecimiento de ellas en el sector. Este análisis también muestra que, en el caso de las mujeres, emprendimiento se decanta por iniciativas con impacto social y medioambiental, y con servicios dirigidos a un consumidor final. Esto representa un avance significativo en la participación de las mujeres en la creación de empresas y refleja su capacidad para superar los desafíos laborales tradicionales. El emprendimiento femenino no solo es un impulso económico, sino que también tiene un impacto social positivo. Las emprendedoras a menudo crean oportunidades de empleo para otras mujeres, lo que contribuye a la creación de un entorno laboral más inclusivo.

Asimismo, en los datos del informe de la Universidad Europea se obversa que, en la variable de implicación por el bienestar de las personas, un 41% de las respuestas fueron mujeres que afirmaron tener una actitud muy implicada y un alto grado de preocupación. La tasa de los hombres en esta variable fue del 14%. 

Motivaciones y factores para los emprendedores sociales

El emprendimiento es una montaña rusa de emociones y obstáculos, por tanto, la motivación se convierte en un factor crucial, especialmente para los emprendedores sociales. En el informe se analiza que, comparado con los emprendedores convencionales, los emprendedores sociales buscan cubrir necesidades sociales a través del desarrollo de productos o servicios con un enfoque en obtener beneficios económicos y sociales. La teoría de presión y atracción destaca que los factores de atracción prevalecen en la decisión de convertirse en emprendedor social o convencional. De hecho, los expertos identifican cuatro motivaciones principales: el deseo de independencia, motivaciones monetarias, aspectos relacionados con el trabajo y cuestiones familiares.

No obstante, la motivación no es la única palanca de impulso que deben tener los emprendedores sociales. Además de habilidades técnicas y de gestión, la comunicación interpersonal, el trabajo en equipo, el comportamiento ético y la responsabilidad social son cruciales. La comunicación interpersonal se destaca como la característica principal, mientras que el trabajo en equipo fomenta el cumplimiento de objetivos comunes. El comportamiento ético es esencial para entender y valorar la realidad, mientras que la responsabilidad social impulsa la contribución al bienestar general.

Todas estas habilidades blandas o soft skills son requeridas para sobrellevar los desafíos del proceso. En el informe, el 39% de los emprendedores destacan que el principal problema de es la falta de financiación. De hecho, el 62% afirman que para poner en marcha su proyecto han requerido a fondos propios y el 19% de subvenciones. En cuanto a otras preocupaciones, se destacan el acceso limitado a los recursos (25%), y las barreras legislativas (14%).

Emprendedor vs. Emprendedor Social: más allá del negocio, un compromiso con la sociedad

En el mundo del emprendimiento, hay dos figuras que, aunque comparten la pasión por crear, difieren en sus objetivos fundamentales. Nos referimos al emprendedor y al emprendedor social, dos arquetipos que, más allá de sus similitudes, están guiados por propósitos distintos. En el informe llevado a cabo por la Universidad Europea se enumeran las ocho características que diferencias a los emprendedores sociales:

  1. Preocupación por el bienestar de todos: Los emprendedores sociales no solo buscan el éxito económico, sino que están profundamente implicados en abordar problemas sociales y ambientales. Su responsabilidad social es inherente a su enfoque, buscando beneficiar tanto a sus clientes como a la sociedad en general.
  2. Optimismo y confianza en uno mismo: Estos emprendedores son optimistas y confían en su trabajo y en el equipo que han construido. Valorando la evolución y mejora continua, ven los errores como oportunidades para nuevas perspectivas y motivan a su equipo a contribuir sin miedo al rechazo.
  3. Paciencia y perseverancia: La inmediatez no es su búsqueda; comprenden la naturaleza de proyectos a largo plazo y encuentran satisfacción en el proceso. La perseverancia es su estandarte, ya que los errores no los detienen, sino que los impulsan a mejorar y alcanzar objetivos.
  4. Inconformismo y rebeldía: Los emprendedores sociales no aceptan las situaciones tal como son; adoptan una posición de lucha activa contra los problemas, siendo revolucionarios en su enfoque y enfrentando desafíos con resiliencia y perseverancia.
  5. Adaptación al cambio: La adaptación es clave. Los emprendedores sociales anticipan y abrazan los cambios, aprovechándolos como oportunidades para aprender y evolucionar, garantizando que no afecten negativamente a sus proyectos sociales.
  6. Innovación y creatividad: La imaginación es su aliada. Utilizan su creatividad para optimizar recursos y encontrar soluciones innovadoras. Su perspectiva va más allá de identificar problemas; buscan oportunidades y crean respuestas efectivas.
  7. Empatía y buena relación con los demás: La empatía es un rasgo fundamental. Los emprendedores sociales son sociables, se preocupan por los demás y tienen la habilidad de liderar equipos motivados alrededor de un bien social común.
  8. Visión de negocio: Aunque su enfoque principal es generar un impacto social positivo, los emprendedores sociales reconocen la importancia de ser rentables para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de sus proyectos.

Por tanto, estos emprendedores fusionan la ambición empresarial con la pasión por el bienestar colectivo, contribuyendo así a un cambio significativo en nuestra realidad. De hecho, hoy, más que nunca, el emprendimiento social es la fuerza impulsora que da forma a nuestro mañana. En el informe definen que “la labor del emprendedor social da lugar al incremento de la riqueza social, de forma que tanto la empresa como la sociedad se benefician de su actividad. Entre los beneficios se encuentran, además de disminuir los efectos del desempleo o de la pobreza, la creación de empleo, el aumento de la productividad, la mejora de la competencia y el aumento de la calidad de vida. Es decir, los emprendedores sociales juegan el papel de agentes de cambio”.

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