fbpx

Prospectiva y tendencias emergentes sobre el futuro del trabajo, en máshumano TV

Las prioridades de las personas han cambiado. Cada vez más, y sobre todo a raíz de la pandemia, surge una mayor necesidad de valorar de manera distinta nuestro tiempo, nuestra vida personal y las relaciones humanas y hay mayor preocupación por nuestro bienestar y nuestra salud mental. Derivado de todo ello también se está produciendo un replanteamiento en la forma en la que queremos trabajar, en lo que esperamos del trabajo y en el valor que tiene para nosotros la actividad que desarrollamos. En este contexto complejo, donde vivimos un momento de transición entre “un mundo que no acaba de morir y otro que no acaba de nacer” son muchas las dudas sobre en qué punto está ahora el futuro del trabajo y cuáles son los retos a los que deberán hacer frente las organizaciones.

Para arrojar algo de luz sobre estos temas, hemos querido dedicar un nuevo episodio de nuestro máshumano TV a hablar de ello junto a Alex Pallete, Chief Strategy Officer en Picnic y gran experto en propósito y Albert Cañigueral, explorador del mundo y de la sociedad y autor de “El trabajo ya no es lo que era”. En una entrevista realizada por Tomás Pereda, subdirector general de la Fundación máshumano, en el campus de Madrid de Schiller International University, estos expertos han compartido su visión sobre cuáles son las perspectivas y tendencias emergentes en el futuro del trabajo y cuál será su impacto sobre las personas.

 

 

Los cambios provocados por la tecnología, y en concreto por la irrupción de las nuevas inteligencias artificiales también impactarán en el mundo del trabajo. De hecho, se augura que entre 2023 y 2027 cambiará el 23% de todos los trabajos globales, lo que llevará a su vez a que 83 millones de empleos desaparezcan. Y no solo eso, este vertiginoso avance de la tecnología, va a necesitar de contrapesos para preservar el pensamiento como un territorio genuinamente humano, frente a la información y el conocimiento gestionado por las máquinas. Además los cambios provocados por la demografía, con un aumento de la longevidad y un desplome de las tasas de fecundidad, derivan en un importante problema de relevo generacional y de escasez de talento.

Está claro por tanto que estamos asistiendo a una revolución profunda del mundo hasta ahora conocido, que está provocando un replanteamiento profundo de nuestra forma de vivir que sin duda impactan también en nuestra forma de trabajar, donde surgen muchas incógnitas por resolver:

  • ¿En qué punto está ahora el futuro del trabajo? ¿Qué está pasando? ¿Crece o decrece el “free working”?
  • ¿Hay cada vez menos empleo, pero más trabajo? ¿Hablamos más de trabajabilidad que de empleabilidad?
  • ¿Crece el turista laboral? ¿Por qué? ¿Se convierte en un viajero laboral? ¿Hay que rehacer el viejo contrato psicológico que gestiona expectativas empresa-profesional?
  • ¿Qué hacemos con el propósito? ¿Es la respuesta adecuada al “para qué sirve mi trabajo”?
  • Aunque la realidad del trabajo está en el siglo XXI, ¿seguimos bajo la mentalidad reguladora del siglo XIX?
  • ¿Seguimos con un modelo laboral binario: por cuenta propia o por cuenta ajena? Respecto a los modelos de flexibilidad, remotos, etc ¿vamos o volvemos?
  • ¿Es la IA una amenaza o una oportunidad para nuestro trabajo? ¿Qué impacto cuantitativo y cualitativo tendrá?
  • Ante la perplejidad y polarización general ¿sigue siendo el pensamiento crítico la respuesta?

A todas estas preguntas se ha tratado de dar respuesta en esta entrevista, donde podemos destacar algunas conclusiones que exponemos a continuación.

Un mundo en transición

Nos encontramos en un momento de transición donde “lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”. Pero lo que parece obvio es que el futuro que predecíamos hace algunos años, empieza a oler a presente porque ya empiezan a percibirse algunas señales de cambio. Una de ellas es el fuerte impacto de la tecnología en el mundo del trabajo, en torno a tres ejes: Cómo realizamos las tareas, y qué herramientas necesitamos; cómo configuramos a los equipos de trabajo con fórmulas menos tradicionales, con una hibridación de talento interno y externo; cómo se transforma el concepto de tiempo y espacio de trabajo.

La tecnología ha generado un momento de aprendizaje donde nos hemos dado cuenta de que podemos trabajar y optimizar nuestro trabajo de una manera distinta a la que conocíamos. Las personas tienen otras necesidades y el talento, especialmente el de alta cualificación, cada vez es más exigente en sus demandas a la empresa. Además del salario, es requisito indispensables la flexibilidad más allá del teletrabajo, basada en la confianza y la autonomía.

La importancia de redescubrir el propósito corporativo

También el propósito corporativo parece estar cobrando especial relevancia para las personas y sin duda influye en la percepción que tienen de la empresa. Un propósito que debe ser verdadero y convertirse en una brújula colectiva y operativa de la organización.

Del mismo modo se percibe una mayor tendencia en los profesionales a saber para qué sirve su trabajo y de encontrar sentido a lo que hacen, y esto está alterando de algún modo las reglas del juego y causando cierta perplejidad a las organizaciones. Esta idea tiene que ver con encontrar el sentido y el propósito a lo que hacemos, lograr que la actividad que desarrollamos sea algo que realmente nos llene y nos emocione, que esté en equilibrio con nuestra vida personal y que sea la vía para generar un impacto o para cambiar las cosas a mejor.

Avance de la "gig economy" y de nuevas formas de trabajo no convencionales

En un contexto donde todo apunta a que cada vez habrá menos empleo en el formato tradicional pero sí mucho más trabajo, muchas personas deciden optar por una forma diferente de trabajar. Esto está provocando un avance de la "gig economy" y de las nuevas formas de trabajar menos tradicionales, sobre todo en sectores o perfiles más tecnológicos. Tener distintas perspectivas y diferentes visiones aporta mucho valor a la organización, y esto lo facilita combinar talento interno y externo. También se consigue combinando la sabiduría de un talento muy senior con la frescura de un talento junior, donde todos trabajen juntos con un mismo objetivo. Algunos retos aquí serán lograr mayor sentimiento de pertenencia en los profesionales que no figuran en estructura, superar barreras culturales y organizativas por parte de la empresa para explorar estas vías de relación profesional y promover un marco legal más facilitador.

¿Estamos ante un nuevo perfil de “turista laboral?

Pero la necesidad de trabajar de una forma diferente y menos tradicional no solo se percibe en los profesionales freelance, sino que también se está dejando notar en las plantillas internas. Determinados perfiles, sobre todo los más tecnológicos, ya no tienen como ambición pasar muchos años en una misma empresa. Además del salario, su inquietud es ahora aprender y no dejar de formarse y eso lo logran cambiando de proyecto o empresa, en un periodo de no más de dos años. Podríamos estar ante una nueva tendencia de “turistas laborales” que valoran mucho su tiempo, por lo que tratan de invertirlo bien en empresas y proyectos que les aportan, les enriquecen y les hacen crecer. El reto para las empresas será que ese turista laboral que picotea de experiencia en experiencia, se convierta en “viajero laboral”, lo que significa que su paso por la organización sea más profundo y valioso para ambos.

Impacto de la Inteligencia Artificial en el mundo del trabajo

El avance de la Inteligencia Artificial es una realidad que ya se está notando en el mundo del trabajo. De hecho se están hacen estudios para desagregar un trabajo en sus diferentes tareas para analizar en qué tareas la automatización puede producir un aumento significativo en la productividad o en la calidad del trabajo, y cuáles quedan reservadas para las personas, porque el ser humano aporta más valor. Así, la tecnología puede no ser tanto una amenaza para reemplazar a las personas, sino para “aumentarlas”, convirtiéndose en un copiloto que les ayude a hacer mejor su trabajo. En este escenario de humanidad aumentada la IA se puede ver un gran potenciador del talento.

Pero las nuevas inteligencias también tienen sus riesgos. Tener confianza ciega en la IA, puede hacer que deje de ser nuestro copiloto para convertirse en un piloto automático, dueño de nuestro pensamiento. Y delegar el pensamiento en esta tecnología puede hacer que dejemos de pensar críticamente y de innovar.

Todas las entrevistas de la Fundación máshumano reaizadas en mashumanoTV pueden visualizarse en este ENLACE

Alex Pallete y Albert Cañigueral mashumanoTV

Suscríbete a nuestro boletín electrónico