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¿Cómo impactarán la economía, la tecnología y la regulación en el empleo y la gestión de personas? Hablamos de ello en Foro RRHH
Vivimos un momento de transformación acelerada, donde cada día las empresas se enfrentan a nuevos retos y desafíos. En el contexto en el que nos moveremos durante los próximos meses, nos hacemos algunas preguntas. ¿Cuál será el contexto económico y cómo afectará a empresas y trabajadores? ¿Cómo debe evolucionar el marco legal y laboral en un entorno en constante cambio? ¿Qué impacto tendrá la inteligencia artificial en las organizaciones y en el liderazgo? ¿Cómo pueden las empresas alinear su cultura y propósito con un futuro más humanista?
De todo esto habló en el programa de radio de febrero de Fundación máshumano en Foro de los Recursos Humanos, dando continuidad al encuentro anual del pasado 30 de enero, donde miembros del patronato de la Fundación compartieron cuáles serán los retos de la “4ª Revolución del Talento”. En este espacio de radio, participaron Íñigo Sagardoy (presidente de Fundación máshumano y Sagardoy Abogados) Rafael Doménech (Responsable de Análisis Económico en BBVA Research) y
Emma Fernández (Consejera independiente, experta en transformación digital). Junto a Tomás Pereda, subdirector general de la Fundación máshumano y Fran García Cabello, director del programa.
Contexto económico y su impacto en la gestión del talento
El escenario económico y su evolución sin duda será un factor de impacto decisivo para las empresas y para sus modelos de gestión del talento. En este sentido, Rafael Doménech compartió cuáles serán las tendencias clave que definirán el 2025 en España en términos de crecimiento, empleo y productividad. Por un lado el experto, en referencia a la reciente aprobación de la ley sobre la reducción de la jornada laboral, expresó que al igual que los aumentos salariales, se trata de un proceso que ha venido ocurriendo desde hace décadas como un resultado natural derivado del aumento y mejora de la productividad. Algo que, afirma, “debería ocurrir de la forma más positiva, gradual y equilibrada y con la mayor flexibilidad, a través del diálogo social entre empresa y representantes de los trabajadores, como ha ido ocurriendo desde hace muchos años”.
Por otro lado, sobre los factores económicos que podrán tener mayor impacto en las personas, Doménech afirmó que, en vez de trabajar más, “si queremos que las personas sean más productivas, la clave es que puedan trabajar mejor, poniendo a su alcance no solo puestos de trabajo, sino puestos de calidad y generar para ello incentivos y condiciones para poder invertir en capital físico productivo, tecnológico y humano”. Para ello, ha añadido “debe existir una regulación y un marco económico que aporte reglas simples, sencillas, eficientes, que generando las mayores certidumbres posibles a los agentes económicos”.
A la inversión de la pirámide de población en España, se une la escasez de talento como un gran desafío para las organizaciones y sectores, donde según datos del INE, más de 150.000 puestos de trabajo se quedan sin cubrir cada año. En este sentido, Doménech ha expuesto tres formas de mejorar este desafío: la inmigración, que considera absolutamente necesaria para el reemplazo de las personas que se jubilan y que serán muy numerosas en los próximos años; mejorar la cualificación del capital humano, a través del upskilling, reskilling o la Formación Profesional; e incentivar la retención del talento senior en las empresas para quienes así lo deseen.
La tecnología como potenciador del talento
La transformación tecnológica es otro de los grandes factores de impacto para las personas y para las empresas. Así, basándose en el Informe sobre el futuro del trabajo de Davos, Emma Fernández ha destacado qué tecnologías serán las que más impacten en las personas, como la IA, que jugará un papel muy relevante, sobre todo cuando se aplique a la automatización de procesos. “A pesar de que, en su faceta generativa es muy joven y tiene mucho camino por recorrer, esta inteligencia no tardará en darnos “superpoderes”. Además, no tiene por qué ser estrictamente sustitutiva del empleo, sino que podrá ayudarnos a mejorar la productividad y nos permitirá trabajar mejor”.
Sin embargo, también ha advertido de algunos desafíos en el desarrollo y aplicación de esta inteligencia, que podrían ralentizar el crecimiento y la productividad en España. Por un lado, la mayor lentitud de Europa en incorporar esta tecnología a nuestros trabajos frente a países como EE. UU. o China, en referencia al informe Draghi; y por otro, el reskilling y capacitación de las personas. “Tenemos sectores menos intensivos en innovación y unas empresas más pequeñas con más dificultad para invertir en innovación. Por eso ha afirmado que “hay que incentivar la inversión, especialmente la privada y hacer frente al problema de la fragmentación, que impide la implementación a mayor escala”.
Asimismo, la experta ha destacado otras tecnologías que podrán afectar de manera relevante al mundo del empleo, como aquellas relacionadas con la robótica y sistemas autónomos, de gran aplicación en sectores como el turismo, la hostelería, la salud y los cuidados de personas dependientes. Por último, ante el exceso de información que nos rodea, ha llamado a la cautela, afirmando que en la toma de decisiones “la IA puede ser un falso experto porque no toda la información de la que se nutre es contrastada y esto, unido a la falta de tiempo, te puede llevar a tomar malas decisiones, por lo que hay que cuestionarla y evaluarla”. En este contexto, ha añadido “el pensamiento crítico es imprescindible, sobre todo en un momento como el actual donde hay tiempo escaso y una sensación de cambio constante. Es necesario reposar y contrastar”.
Un marco regulatorio que facilite la innovación y el crecimiento
Con relación a cuáles serán los principales retos de futuro en materia legal para las empresas, Íñigo Sagardoy ha identificado 3 temas clave para el mercado laboral: por un lado, la tecnología y su impacto en el mundo laboral y en el empleo que “aunque parece que no será tan drástico como se pensaba, sí exigirá estar atentos a las regulaciones que afectan a temas de derechos fundamentales o de privacidad”. Asimismo, coincidiendo con Doménech, ha destacado la importancia de aprovechar el gran potencial del talento senior, para lo que “es necesario un cambio cultural y adoptar mecanismos y medidas importantes que aporten más flexibilidad en favor de la diversidad generacional y de la mayor permanencia de estos profesionales en las empresas”.
Por último, también ha incidido en la importancia de promover un marco legal facilitador en materias de flexibilidad laboral ante un mercado muy dinámico, en beneficio de los derechos de los trabajadores y del empleo, porque “un exceso de regulación puede ser un obstáculo y resultar contraproducente”. En este sentido ha propuesto recurrir al diálogo social y a la negociación colectiva para atender a las casuísticas específicas de cada empresa o sector.
Además, este experto ha querido compartido su visión sobre la reciente aprobación de la reducción de la jornada laboral a 37.5 días semanales que preocupa a las empresas, donde ha incidido en que es necesaria una transición progresiva y buscar el equilibrio en material laboral, a través de la negociación colectiva, para lograr resultados positivos en los sectores donde esta reforma es más necesaria. Además, ha animado a las empresas a ser imaginativas y creativas, para buscar mecanismos de flexibilidad desarrollando fórmulas novedosas que cumplan con las obligaciones legales, pero a su vez, potencien la competitividad y la capacidad de innovación.
La flexibilidad, como factor clave del compromiso
Además de la escasez de talento, la falta de compromiso es uno de los mayores desafíos para las organizaciones. Según el informe State of the Global Workplace 2022 de Gallup solo un 10% de los trabajadores en España se sienten realmente comprometidos con su empleo. A esto se suma la alta rotación de perfiles críticos, especialmente en el ámbito tecnológico. En este contexto, la flexibilidad laboral emerge como una palanca fundamental para fortalecer el compromiso y atraer talento. Según el Informe sobre la flexibilidad laboral en España 2023 de InfoJobs, el 65% de los trabajadores considera este factor determinante al elegir una empresa, lo que podría indicar que modelos basados en confianza, autonomía y resultados, más que en presencia física, podrían impulsar la fidelización, además de permitir a las empresas adaptarse con agilidad a nuevas dinámicas de trabajo. Una tendencia que podría seguir en alza, según recordó Tomás Pereda, al compartir que “en Estados Unidos y Europa la flexibilidad sigue ganando terreno: dos tercios de las empresas estadounidenses operan con esquemas flexibles y en España más del 14% de la población activa ya trabaja bajo este modelo, según datos del INE”.
Por último, ante las grandes posibilidades que nos ofrecerá la IA, los participantes han reflexionado sobre cuáles podrán ser los límites, donde la pregunta ahora ya no es “qué podemos hacer” sino “qué debemos hacer”, sin perder el objetivo de mantener nuestro perfil como una sociedad inclusiva, preocupada por el bienestar social. Una nueva realidad en la que el humanismo cobra fuerza y dónde la ética y el propósito, junto a una regulación bien hecha y más dinámica que aporte sentido, se perciben como factores clave.